El Elche CF salió muy metido en el partido. Poniendo mucha intensidad al juego y a todas las disputas. Tras una primera fase sin ocasiones para ambos llegó la jugada que cambió la primer parte. Primero Lucas Pérez pudo adelantar a los de Francisco con un mano a mano que detuvo Cillessen. En la jugada siguiente, Guedes marcó desde fuera del área después de que el disparo rebotase en Mascarell y desviase la trayectoria lo justo para que no llegase Edgar Badia. Ese momento permitió al Valencia crecerse, que siguió apretando en busca del segundo, pero el Elche lo impidió mostrando una buena imagen defensiva.
Se llegó al descanso con desventaja en el marcador. Sin embargo, el Elche CF creyó y nunca le perdió la cara a un partido que en todo momento mereció puntuar. Lucas Boyé puso las tablas tras un córner de Lucas Pérez. El delantero argentino remato de forma acrobática para poner un merecido empate. El Valencia volvió a adelantarse con un tanto de Piccini, que consiguió colar un remate por el único hueco que había en la portería. Sin embargo, el partido explotó con una acción terrible que ni el árbitro ni el VAR consiguieron ver. Un remate de Guido Carrillo cruzó la línea y después el meta local despejó la pelota. La imagen era clara y el gol era claro. Ninguno de los árbitros, ni el VAR lo vieron. Una decisión que hundió a un Elche que mereció puntuar en Mestalla, pero se lo impidieron.
