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elche

El día que Rubén Cano tumbó a la Real Sociedad

10 de noviembre de 1974. 

Jornada 8 de la temporada 1974/75. 

16:30 horas. 

Los 18.000 aficionados que abarrotaban las gradas de Altabix iban a asistir a una de las exhibiciones de futbol más grandes en los últimos años. En el ambiente se respiraban dudas y cierto temor, a partes iguales, ante la visita del conjunto txuri urdin como consecuencia de la abultada derrota del equipo la semana anterior en Los Carmenes de Granada.  

Enfrente la Real Sociedad que llegaba al partido dos puestos por encima de los franjiverdes y con futbolistas de la talla de Urruti, Kortabarria, Murillo y Satrustegui. 

El argentino Pipo Rossi, técnico del Elche C.F. se reunió días antes del partido con Pedro Antolinos y Clariana, los jardineros del club, y les pidió que tuviesen el césped lo más seco posible, el día del partido, para entorpecer así el juego de los donostiarras acostumbrados a jugar en un césped húmedo y en ocasiones embarrado. 

Tras el recibimiento a los futbolistas con las tradicionales tracas y cohetes, Juan Martínez Banegas, del colegio madrileño, señalaba el comienzo del partido. 

La primera parte fue muy disputada, con un Elche C.F. lanzado al ataque y una Real Sociedad muy férrea en las marcas y con peligrosas salidas a la contra. 

Los primeros siete minutos fueron electrizantes con intercambio de golpes por parte de ambas delanteras; Urreisti tenía la primera ocasión, que desbarato Emilio Esteban con una gran parada y acto seguido Aníbal Montero lanzo un disparo durísimo, que detuvo Urruti en dos tiempos.  

A la media hora llegaba el primer gol. Rubén Cano se internaba en el área y cuando armaba la pierna para disparar era derribado por Gaztelu. La pena máxima la transformaba Gómez Voglino. 

Tras el paso de los equipos por vestuarios el partido cambio radicalmente y solo hubo un equipo sobre el césped: el Elche C.F. 

El equipo arrollo a los guipuzcoanos en una demostración magistral de Rubén Cano que campo a sus anchas y desactivo el ordenado sistema defensivo de la Real Sociedad. 

En el arranque de la segunda parte llegaría el segundo tanto, en una jugada de cine de las que marcan época. 

Tras un robo en defensa de Indio, Rubén Cano recogía el balón en la divisoria de los dos campos y con su tremenda y desgarbada zancada fue dejando en el suelo a todos los rivales que le salieron a su encuentro, para plantarse frente a Urruti y batirlo sin apenas ángulo de tiro. La grada de Altabix estuvo en pie, durante varios minutos, aplaudiendo al delantero argentino como hacía años no se había visto en el estadio ilicitano 

Ese gol, a los cuatro minutos de la segunda parte, fue clave para la victoria. 

El Elche C.F. ofreció una de las mejores actuaciones de aquella temporada con Jaime Cano, Félix, Llompart y Escobar dando una exhibición de futbol control. 

A falta de 11 minutos para el final aparecía de nuevo Rubén Cano para poner la guinda a una tarde memorable. 

El argentino se sacaba de las botas otra jugada memorable. Su pase era rematado a bocajarro por Ramon Alfonseda contra el cuerpo de Urruti y el rechace caía a los pies de Sitja que marcaba el definitivo 3-0 que cerraba el marcador.  

Al término del partido Altabix despidió con otra gran ovación al equipo en general y a Rubén Cano en particular. El equipo daba un salto de cinco puestos en la tabla y se colocaba en séptima posición. 

Al término del partido, y con los dos puntos en el casillero de los ilicitanos, Pipo Rossi le pidió disculpas a su homónimo Andoni Elizondo por el estado del césped. 

Un día antes del partido Javier Urruticoechea, portero de la Real Sociedad, inauguraba en la ciudad una peña con su nombre en el bar Candy, en la calle Capitán Baltasar Tristany ,43. 

Antonio J. Pamies

Depto. Comunicación Elche C.F.