El marcador no acompañó contra el Levante UD (1-3), pero el ambiente vivido el pasado sábado en el Martínez Valero dejó una imagen que va más allá del resultado: la de una afición entregada, que volvió a demostrar que está con su equipo incondicionalmente.
Desde horas antes del partido, el entorno del estadio reflejaba una jornada especial. Miles de aficionados se acercaron vestidos de blanco o con la camiseta franjiverde, generando una estampa de unidad que se hizo aún más visible a la salida de los jugadores al césped. En ese momento, el humo verde tiñó el aire, un gesto emotivo que acompañó un gran mosaico con la franja verde y un tifo desplegado en el fondo, reflejando el lema de la campaña de abonos de la presente temporada.
Durante el encuentro, pese a los goles en contra, la afición no dejó de empujar. Los cánticos se mantuvieron firmes, el aliento no cesó, y la grada se convirtió en un motor constante que trató de levantar al equipo en los momentos más complicados. El pitido final no trajo silencio, sino aplausos.
El Martínez Valero vivió una tarde en la que, más allá del resultado, se confirmó de nuevo lo que distingue a esta afición: la lealtad. En días como este, el fútbol sigue siendo sentimiento, identidad y pertenencia. ¡Mucho Elche!