Juan Carlos Lezcano ha recibido este jueves el adiós de familiares, amigos, excompañeros, aficionados y miembros del Elche CF en un emotivo acto celebrado en la Basílica de Santa María. La ciudad y el club se han reunido para despedir a una de las figuras y leyendas más queridas de nuestra historia.
Lezcano, fallecido a los 87 años, deja un legado de afecto, compromiso y sentimiento franjiverde difícil de igualar. Su vínculo con el Elche CF trasciende los 254 partidos oficiales que disputó en Primera División a lo largo de nueve temporadas. Su entrega, su carácter y su permanente conexión de amor y sentimiento con la afición lo convirtieron en un referente que marcó la década dorada de la entidad en la élite del fútbol español.
‘El Chino’ fue mucho más que un futbolista. Llegó en 1962 como teórico sustituto de Cayetano Ré, pero muy pronto escribió su propio capítulo en el Club como interior de temperamento y calidad, indiscutible para todos los entrenadores que dirigieron al equipo durante su etapa. Tras colgar las botas, siempre mantuvo una relación cercana con la entidad: entrenó al filial, ejerció como técnico interino del primer equipo y colaboró en diferentes áreas, siempre con la misma pasión. Su vínculo con la Federación de Veteranos también fue especialmente significativo, donde continuó transmitiendo valores, recuerdos y amor por los colores como entrenador.
Tras su retirada, Lezcano siguió dejando huella con sus anécdotas, su cercanía y ese humor tan característico que tantos recuerdan. Hoy el franjiverdismo llora su ausencia, pero también celebra toda una vida dedicada al club desde dentro y desde fuera del terreno de juego. Ahora, ya en el ‘Tercer anillo’, seguirá alentando al Elche junto a su inseparable amigo Juan Ángel Romero.
El Elche CF guardará un más que merecido minuto de silencio en su memoria en el partido ante el Real Madrid, donde los futbolistas lucirán brazalete negro en su memoria.
Descansa en paz, Juan Carlos. Nunca te olvidaremos, amigo.
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